La Torre de San Antonio
Siglo XII
Ctra. Olivares-Gerena

La torre de San Antonio supone una excelente muestra de la arquitectura militar almohade. El edificio, construido probablemente en el siglo XII dC, presenta una altura de tres plantas y esta constituido por tapial común ocre y ladrillo de taco enmarcando los vanos. Los cajones que constituyen el lienzo de muro son de 0,80 x 0,90 m.
Se observan numerosos mechinales, huecos dejados por las agujas del andamiaje utilizado durante la construcción de la torre. En las dos primeras plantas se conservan los vestigios de sendas bóvedas de arista. La segunda planta mantiene saeteras defensivas en todos sus flancos.
El uso del tapial se extiende desde el siglo XII dC por todo Al-Ándalus en edificaciones domésticas, públicas, religiosas o militares. Es una técnica sencilla y económica que a la par proporciona una gran solidez a las construcciones.
Se trata de un encofrado realizado mediante cajones de madera que se rellenan con una mezcla de agua, cal, arena y grava o cascarejo cerámico como elemento árido. El resultante es un hormigón de gran dureza.
La tapia almohade es heredera de toda una tradición constructiva, la Tabiya islámica que hunde sus raíces inmediatas en el mortero romano más popular y extendido, el Opus Caementicium.
La torre de San Antonio se encuentra orientada para dominar visualmente la vega de Gerena desde donde eran previsibles las incursiones cristianas procedentes del Norte.
Se constata arqueológicamente la existencia entorno a la torre de un poblado o alquería islámica que fue abandonado tras la conquista cristiana del siglo XIII.
El emplazamiento del torreón fue previamente elegido por otras culturas como cartagineses y romanos que se establecieron en este punto contribuyendo al mantenimiento de un hábitat ininterrumpido desde el siglo IV a.C hasta el XIII dC.
En 1248 las tropas cristianas de Fernando III el Santo conquistan la torre que pasa a ser propiedad de Alfonso de Molina, Infante de Castilla y León y hermano del rey. La recibe en heredad bajo el nombre de Torre del Alpechín.
En 1261 la propiedad pasa a ser de la Orden de Alcántara para ya en 1277 ser cedida al cabildo de Sevilla por un privilegio rodado otorgado por Alfonso X.